La deuda pendiente: el “Nuevo” POT de Santa Marta

Los Planes de Ordenamiento Territorial, en adelante POT, son los instrumentos de planificación territorial de mayor jerarquía que existen en nuestro ordenamiento jurídico, en el se definen entre otros aspectos la visión de largo plazo de la ciudad e igualmente se establecen los instrumentos de corto y mediano alcance; planes parciales, unidades de actuación urbanística y demás. Es decir, en los POT se establecen el que, el cómo y el cuándo, para llegar dentro del plazo de vigencia del mismo, a la visión de ciudad que se pretende.

Entonces, es fácil concluir, la importancia que tiene contar con un POT, actualizado y funcional a las necesidades, características y visiones presentes de la ciudad, de muchas formas el POT, es un orientador de la inversión pública en términos de desarrollo urbano, ordenamiento territorial, sostenibilidad ambiental, calidad de vida, en fin, elementos verdaderamente cruciales.

Actualmente Santa Marta se encuentra a la deriva al no contar con POT, actualizado y que responda a las necesidades y a las condiciones actuales de la ciudad, su contexto social, político, urbano, inmobiliario, de servicios públicos, etc. El POT vigente fue aprobado en el año 2000 y su vigencia, por así decirlo expiro en el año 2012. 

Hablando del 2012, es pertinente recordar que ese año significó para Santa Marta un punto de inflexión en la política local, la elección de Carlos Caicedo Omar como alcalde, quien presentó su campaña con un discurso que rompía los esquemas tradicionales de hacer proselitismo y adicionalmente ofrecía ejemplos comprobables de gestión publica exitosa, con su antecedente mas reciente en la Universidad del Magdalena, todo eso generó confianza en la ciudadanía y masivamente le brindamos el respaldo.

En lo que respecta al Ordenamiento territorial, durante el periodo de gobierno de Caicedo, 2012-2015, el plan de desarrollo de la época claramente indicaba en su eje numero 4 “Santa Marta, Distrito Sostenible” en su: “4.8.1 Proyecto para la revisión del Plan de ordenamiento territorial del Distrito” Indicaba que el objetivo era revisar y actualizar el POT, dándole cumplimiento a la ley. No obstante, esta meta no se cumplió en respectivo periodo del alcalde Caicedo, pese a reconocerse la imperiosa necesidad de revisar el POT y aprobar uno ajustado a la realidad y fundamentalmente lograr que el Plan de Desarrollo, se alineara con el POT, en perspectiva de visión, objetivos, metas y proyectos.

Lamentablemente el POT, no fue aprobado, muy a pesar de que hizo parte de la narrativa institucional durante el periodo señalado, contó con un publicitado apoyo del PNUD y de ONU-HABITAT, lo que incluso llevo a Alcalde Distrital a liderar varias mesas temáticas de Santa Marta, en el evento del “Foro Urbano Mundial” o “WUF”, llevado a cabo en Medellín en abril en el año 2014. En esa oportunidad al participar en una de las discusiones le sugerimos al entonces alcalde, lo urgente de aprobar el POT, para acompasar el desarrollo de la ciudad con una visión de largo plazo, a lo que el alcalde respondió, que en efecto era su objetivo y se encontraba trabajando para ello.

Con ese antecedente y en diciembre del año 2015 vimos con gran entusiasmo, como la prensa local reseñaba[1] que la revisión del POT, ya contaba con una versión definitiva y seria presentada al Concejo Distrital para su respectiva aprobación. No obstante, tal situación, no se dio en la administración de Carlos Caicedo, al parecer las relaciones del burgomaestre se encontraban deterioradas con el Concejo Distrital y no fue posible obtener el apoyo necesario para su aprobación.

Lo anterior, fue de hecho una circunstancia muy repetitiva en el gobierno de Caicedo, vale la pena señalar que, consideramos que en más de una oportunidad las negativas del órgano colegiado, parecían estar fundamentadas más en agendas particulares que en revisar la conveniencia y necesidad de los proyectos presentados.

Ahora bien, para tranquilidad de Caicedo y en cierto sentido de la ciudad, en democracia elegimos a Rafael Martínez, quien hace parte del movimiento Fuerza Ciudadana, lo que significaba una continuación de las políticas y visiones que su antecesor había trazado. Es decir, en la Agenda del alcalde Martínez debía encontrarse dentro de las prioridades, la presentación del proyecto de revisión del POT, que el anterior alcalde le había heredado.

Lamentablemente, la aprobación del POT, tampoco se logro en el cuatrienio de Rafael Alejandro Martínez (2016-2019), esto sorpresivamente, porque a diferencia de Caicedo, Martínez contó desde el inicio con las mayorías necesarias en el órgano colegiado, sin embargo, el proyecto no fue aprobado.

Llama poderosamente la atención que, pese a que se suponía que el proyecto de revisión se había adelantado durante la administración Caicedo, tal como lo señalaba la prensa a finales de 2015 y lo que faltaba era presentar el proyecto de acuerdo al Concejo y obtener su aprobación, si se analiza el Plan de Desarrollo del alcalde Martínez, de forma expresa se señala dentro del: Programa Ordenamiento y desarrollo,  se señala como una de las metas la revisión del plan de ordenamiento territorial y como una de las metas de producto dentro del PDD el actualizar y aprobar el plan de ordenamiento territorial.

Surge entonces un interrogante, si el plan fue revisado y actualizado durante la administración de Carlos Caicedo y se encontraba listo, ¿Por qué motivo se determino como una meta dentro del plan de desarrollo del alcalde Martínez?  Y aún más importante, ¿Porque razón, el PD de Martínez, ¿no tuvo como línea base el documento generado por la administración de Caicedo? ¿El trabajo desarrollado durante 4 años por Caicedo con su equipo y la participación de organismos internacionales fue un trabajo perdido?

Al final, después de 4 años, Santa Marta despedía la administración de Rafael Martínez, con la misma deuda pendiente; Un Plan de Ordenamiento Territorial, revisado, actualizado y ajustado a sus realidades.

Por supuesto que, en honor a la verdad, también debe señalarse que no fueron pocos los obstáculos que enfrentó Rafael Martínez, para sacar adelante este y otros proyectos, sus dos últimos años de gobierno, se vieron golpeados por decisiones jurídicas de organismos de control y jueces de la república, que diezmaron significativamente su rango de acción. Especialmente su ultimo año de gobierno donde fue victima de lo que algunos catalogaron como una “usurpación” del poder.

De cualquier modo, al final del día, Santa Marta se quedó 4 años mas sin un POT que diera respuesta a sus necesidades, que afrontara correctamente las realidades urbanas y rurales del distrito, esto con las dificultades que de ahí se desprenden, tales como; la ausencia de una visión de ciudad al largo plazo, que, no solo afecta la competitividad de la ciudad y la calidad de vida de los habitantes, sino que adicionalmente, ha jugado un rol importante en la toma de decisiones de política pública.

Con total seguridad me atrevo a afirmar que, si Santa Marta hubiera tenido la fortuna de contar con un instrumento de planificación acorde a sus necesidades desde el 2016, los planes de desarrollo se hubieran articulado a la visión de largo plazo de la ciudad, sin duda alguna los resultados positivos serian muchos más.

De cualquier modo, la ciudadanía en democracia decidió respaldar nuevamente al movimiento Fuerza Ciudadana y escogieron a la primera mujer alcaldesa electa en la ciudad y de manera paralela triunfaron a nivel Departamental. Virna Jonhson y su equipo de trabajo tienen la responsabilidad de saldar la deuda pendiente del POT en Santa Marta, es esperanzador que desde la Secretaria de Planeación Distrital se sostenga en la narrativa institucional que, presentar y aprobar el proyecto del POT, es una prioridad de este nuevo gobierno, con lo que esperamos se ponga fin a la espera de más de 8 años.