Lo que Santa Marta debe saber de acueducto y alcantarillado

Un grupo de ingenieros de Santa Marta y del departamento del Magdalena, quienes se reúnen en torno a un espacio de opinión, intercambio de experiencias y discusiones técnicas y académicas, denominado Foro Comisión Hidráulica, está elaborando un documento al que tuvimos acceso en su versión preliminar, en el cual se revelan preocupantes indicadores que demostrarían la inviabilidad financiera, técnica, operativa y comercial de la Essmar.

El documento, que parte de aspectos técnicos muy precisos, señala que nunca antes Santa Marta había estado en un riesgo tan inminente de un gran colapso en materia de acueducto y alcantarillado, como en estos momentos.

Dice en uno de sus apartes, que la Essmar no cuenta con los recursos para realizar las inversiones en materia de mejoramiento de los servicios, siendo la Alcaldía de Santa Marta la que tiene que realizar dicho esfuerzo económico, situación que nunca antes se había presentado en la ciudad, ya que históricamente Empomarta, Metroagua y Veolia, los anteriores operadores de acueducto y alcantarillado, gestionaban ante el Gobierno Nacional, recursos destinados al mejoramiento de la calidad del servicio y aumento en la cobertura del mismo.

Revelan los expertos, que tal situación está ocasionando un progresivo deterioro de los equipos, obsolescencia de los mismos, e inminente riesgo que la ciudad colapse, dado que los indicadores financieros de la Essmar no pueden ser peor, pues a solo 4 años de su constitución, ya acumula un déficit que alcanza los 70 mil millones de pesos, mientras su nómina ha venido aumentando exponencialmente, llegando a demandar recursos por el orden de los 14 mil millones de pesos anuales, con el agravante que los procesos de selección de personal distan mucho de los criterios de conocimiento, experiencia e idoneidad que deben llenar los aspirantes y parecen mas inclinados a favorecer y promover militancias políticas y amiguismos.

Los ingenieros encendieron las alarmas frente al aspecto técnico, manifestando en uno de los apartes del documento que, los indicadores del servicio en términos de continuidad y presión son los peores de la historia reciente del Distrito, siendo prácticamente normalizado el suministro de agua a través de carrotanques, los cuales no solamente constituyen un retroceso en la prestación del servicio, dado que este tipo de operación se supone que corresponde a situaciones de emergencia o contingencia, las cuales no deberían ser sostenidas en el tiempo, no obstante en Santa Marta no solamente se han convertido en permanentes sino que demandan un costo que superan los 13 mil millones de pesos anuales, lo que equivale a 1.083 millones mensuales, es decir, un promedio diario de 36 millones de pesos.

Los carrotanques no solo no son una solución de fondo, sino que su operación es muy compleja para controlar y por lo tanto también el riesgo de perdida de dineros públicos es casi que inevitable. Los carrotanques prestando el servicio de manera permanente, son un indicador de la postración en la que se encuentra la Essmar y el retroceso que vive la ciudad en cuanto a la calidad del servicio que presta esta empresa. Este aspecto redundaría también en una limitante muy grande para los inversionistas y la expansión urbana de Santa Marta.

El documento de los expertos recalca también el serio riesgo de sostenibilidad ambiental al que la Essmar está llevando a la ciudad, dado que la empresa está incumpliendo con el pago de los recursos correspondientes al Costo Medio de Tasa Ambiental, (CMTA), por vertir desde el emisario submarino a la bahía de Santa Marta.

La norma señala que la Essmar deberá transferir recursos cercanos a los 1.700 millones de pesos anuales a Corpamag, por concepto de la CMTA o Tasa Retributiva, no obstante, en los últimos dos años esas transferencias inexplicablemente no han sido realizadas, lo que ha generado sanciones por parte de la corporación ambiental del orden de los 5.500 millones de pesos, agravando la situación económica de la empresa de servicios públicos y exponiendo a su gerente a una investigación disciplinaria por parte de la Procuraduría y fiscal por parte de la Contraloría General de la República, sin perjuicio de las acciones penales, dada la fragrante violación de normas que entrañan la protección de recursos naturales y contaminación de cuerpos de agua.

Dentro de los aspectos técnicos, el documento de los ingenieros, agrega que existe otro indicador preocupante y es el que tiene que ver con el Índice de Riesgo de Calidad del Agua, conocido como IRCA, el cual debe ser monitoreado por la Secretaría de Salud de Santa Marta, para establecer con claridad las condiciones en la que está llegando el agua a los hogares samarios, pero tampoco hay datos que soporten ese ejercicio, lo que equivale a decir que hoy en la ciudad nadie controla la calidad del agua que se consume.

Sobre los serios problemas que presenta el sistema de tratamiento de aguas residuales de la ciudad, los expertos conceptúan que se suman varias situaciones que entrañan la mayor gravedad.

1-    Se registró el daño en los impulsores de las bombas 3 y 4 de la Estación de Aguas Residuales, Ebar Norte, los cuales deben ser pedidos a Alemania y tienen un costo que supera los 15 mil dólares, sumado a los tiempos que demanda el viaje y luego el trámite de aduanas.

2-    Preocupa que la Essmar estaría buscando una reparación en Colombia de esas bombas, a espaldas del fabricante, lo cual no solamente es inviable, sino que también podría empeorar el estado de los equipos.

3-    La ciudad demanda en época invernal una capacidad de bombeo de aguas residuales muy cercana a los 2.400 litros por segundo, pero con el daño de las dos bombas, solo existe la mitad de esa capacidad, lo que indica que con el sistema operando a media marcha, la ciudad presentará cada vez mas rebosamiento de alcantarillado.

4-    Descartan los ingenieros que se hayan presentado saboteos o manipulaciones del sistema de bombas, por parte de manos criminales, para ocasionar daños y atribuyen la situación a la ausencia de planes de mantenimiento y equipos de contingencia que ayuden a enfrentar emergencias de este tipo.

Los ingenieros revelan también que, en la parte comercial, la Essmar está pagando 4.000 millones de pesos anuales por la utilización de un software especializado para el área comercial, no obstante, ni siquiera con esa costosa herramienta tecnológica ha podido incrementar el recaudo, siendo este pobre indicador una amenaza para la estabilidad de la empresa en corto plazo.

Los profesionales especializados en esta materia, dicen en el documento que la Essmar acumula indicadores de gestión tan pobres, que no sería extraña una intervención por parte de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, dado que su operación es un verdadero atentado a la salubridad pública y sostenibilidad ambiental del Distrito.

Dicen que en el país la entidad ha intervenido empresas de servicios públicos con menos inconvenientes que la Essmar y que no hay razones para pensar que bajo la dinámica con la que se ha venido gerenciando la empresa, exista en un corto o mediano plazo una solución que permita superar la crisis por la que atraviesa la ciudad.

Finaliza el documento preliminar, que la desconexión con el Gobierno Nacional en materia de presentación de proyectos que garanticen la concurrencia del presupuesto de la Nación para inversiones en el sector de agua y alcantarillado, descarta la realización de obras urgentes que le entreguen soluciones a la crisis que hoy vive la ciudad.

Las conclusiones preliminares del informe técnico, recomiendan entre otros puntos:

Intervenir de manera urgente a la Essmar, debido a la falta de competencia que tienen hoy los funcionarios que laboran en la empresa, cuyo perfil y proceder es de carácter político. Los servicios públicos no se pueden prestar para este tipo de artimañas. Urge que en esa intervención se establezca un gobierno corporativo que establezca una ruta, con un horizonte claro de planeación para la ciudad.

Los indicadores del riesgo de calidad del agua, cuyo criterio es crítico para el seguimiento del servicio, ni siquiera se están reportando, producto de la complicidad entre la Secretaría de Salud del Magdalena y la Essmar.

Hoy se evidencia que la turbiedad del agua y las bacterias que están presentes en el agua, comienzan a afectar la salud de los usuarios.

La Essmar hoy está desfinanciada, con un déficit que supera los 60 mil millones de pesos, con pobres indicadores financieros. No tienen ni siquiera claras las cifras de los costos medios administrativos, operacionales, de inversión y de tasas ambientales.

Tampoco la Essmar tiene un control del ingreso por subsidios. Es inexplicable que en plena temporada invernal la continuidad del servicio no esté garantizada.

No hay mantenimiento ni en las plantas de aguas residuales, ni en los tanques, ni mucho menos en la infraestructura.