Los atentados sicariales que ahora son ‘paisaje’ en Santa Marta

El pasado 21 de noviembre, la defensora de Derechos Humanos y activista, Norma Vera, denunciaba que en lo corrido del año ya iban 153 víctimas de muertes violentas en la ciudad de Santa Marta.

Hacía 24 horas, en la calle 4 con carrera 11, plena vía pública de Pescaíto, un hombre identificado como Samir Parra Delgado fue asesinado a bala mientras se encontraba en un establecimiento de comida del sector.

Pese a las restricciones de circulación del parrillero hombre en Santa Marta, esta es una medida a todas luces, ignorada. En este caso, al igual que ocurre con la mayoría de homicidios registrados, el sicario se movilizaba a bordo de una motocicleta, descendió del vehículo, acabó con la vida de la persona, y en el vehículo se dio a la fuga.

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El día domingo el sicario no contó con igual suerte. Un hombre identificado como Luis Guillermo Peralta, se encontraba departiendo con una mujer en la terraza de una casa en el corregimiento de Taganga, cuando otra persona se acercó en una motocicleta y a pocos metros de distancia, accionó su arma.

Sin embargo, el sicario no contaba con que su víctima también estaba armada y se defendió en el atentado, lo que ocasionó que el victimario saliera corriendo, tratando de ponerse a salvo.

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En ambos casos el plan candado accionado por la Policía no fue suficiente para atrapar a los responsables. Y así, con estos niveles de impunidad y la aparente ‘sordera’ de las autoridades distritales ante los reclamos y consejos de los observadores de seguridad, los hechos sicariales son pan de cada día y al parecer, ´paisaje´ en Santa Marta.