Denuncia: echan a empleados antiguos del hospital de Pinto y los reemplazan por foráneos

Una multitud de personas desarrollaron un plantón pacífico a las afueras de las instalaciones del hospital de Santa Bárbara de Pinto, luego que se denunciara una presunta masacre laboral, que dejó sin trabajo a una decena de colaboradores del establecimiento hospitalario, todos naturales de este municipio.

Según explicó el exasesor jurídico, Olmedo López Medina, esta ola de despidos se inició desde la llegada de Carlos Caicedo a la Gobernación del Magdalena. Afirmando, que una vez tomó posesión en su cargo, empezó a enviar varias personas afines a su movimiento político al centro hospitalario, quienes habrían iniciado un presunto hostigamiento en contra del personal de planta y de prestación de servicios, a los que le impetraban malos tratos y eran sujetos de continuas y rigurosas inspecciones sobre su trabajo.

Sin embargo, estos trabajadores tenían un contrato laboral que los amparaba. Pero, una vez este concluyó en 2020, cesaron de prestar sus servicios puesto que no había ninguna seguridad sobre una posible renovación del mismo.

Los años no importan

Entre estos despidos se produjo el de Maflionis García, un hombre que durante una década se había desempeñado como conductor de la ambulancia acuática. Según sus palabras, con disponibilidad 24 horas al días, y sin haber registrado nunca ningún llamado de atención.

García recibió una llamada en septiembre de 2020 donde le indicaban que no iba a seguir siendo contratado. Situación que aunque aceptó, ha vulnerado su calidad de vida y la de su hija, una menor de sólo cuatro años y que padece una afección cardiovascular.

Pero no fue el único. Puesto que así como García, también se presentó el despido de Rubén Lopez, un hombre que fungió como facturador del centro hospitalario durante más de 17 años.

Asimismo, se registró el despido de administradores financieros, médicos, asesores jurídicos, de la gerente del hospital (que habría ganado el cargo por medio de un concurso público) y finalmente de la odontóloga María Stela Sinning Guerrero, natural de Pinto y apreciada por la comunidad.

Ante este panorama, muchos de los extrabajadores se habían negado hablar, hasta el momento en el que conocieron que todas sus vacantes estaban siendo ocupadas por personas naturales de Santa Marta, y según denuncia el ciudadano Roberto Angulo, sin ningún tipo de relación con el municipio de Pinto.

Hecho, que en voces de los pinteños, es un despropósito con el pueblo y su gente, considerando que se cuenta con talento humano capacitado en el municipio, que conoce los procesos que se adelantan en el hospital, y que ahora, por decisiones sobre las que todavía no se han dado explicación, hacen parte de las gruesas cifras de desempleo local.