Extenso, aburrido y sin confrontación, así podría definir la mayoría de los asistentes el debate de candidatos a la Alcaldía de Santa Marta que se llevó a cabo este lunes 16 de septiembre en las instalaciones del auditorio Rodrigo Noguera Laborde.

Más allá de un verdadero debate, se trató más bien de un foro en el que cada candidato tuvo la oportunidad de exponer sus ideas en intervenciones de 3 minutos, las cuales, debido al mecanismo elegido por el moderador (Ulilo Acevedo, director del Hoy Diario del Magdalena), no hubo espacio para la confrontación, solo hasta que una estudiante de Derecho interrumpió el protocolo y opinó lo que todos los espectadores percibían: que realmente no se estaba dando un debate.

No obstante, el debate estuvo enmarcado por una serie de particulares. En Seguimiento.co seleccionamos 9 momentos para los lectores que se perdieron el evento:

1. La ausencia de Virna Johnson

Este debate era el espacio que no solo los espectadores estaban esperando, sino también los oponentes políticos de Virna Johnson, con la esperanza de poder irse lanza en ristre contra ella y lograr, con el debate de las ideas y las confrontaciones de argumentos, hacerle bajar algunos puntos de popularidad. Sin embargo, Virna se excusó.

El concejal Juan Carlos Palacio, que fue el primero en tomar el micrófono, no se quedó con las ganas de decirle que le hubiera “gustado escuchar su voz”, como una dura crítica al hecho de que la candidata se es vista como una persona impuesta por la voluntad de Carlos Caicedo, quien eventualmente podría ser el gobernante en cuerpo ajeno.

Otro que aprovechó el momento para criticar a la candidata en su ausencia fue Jaime Cárdenas. “No hay que lamentar la no presencia de uno de los candidatos porque en estos candidatos se muestra efectivamente quién es quién y qué es lo que quiere cada quién y la ausencia de ella es la presentación más efectiva de lo que un candidato presenta a su ciudad. Uno no puede dar de lo que no tiene, por eso creo que el candidato se hace débil”, dijo Cárdenas en su intervención.

Le preguntamos a nuestros lectores si estuvo bien o mal que Johnson no hubiera asistido y esto nos respondieron:

2. La echada al agua de Palacio

Al momento de abordar el tema de la informalidad, el moderador les echó una pulla a los concejales. Según él, es una realidad que los cabildantes utilizan la informalidad para tramitar permisos de trabajo.

Como después de la reflexión el turno del micrófono era para Palacio, que es el candidato que más ha durado en el Concejo de Santa Marta, este decidió echar al agua a dos de sus excompañeros: Iván Saravia (actual candidato al Concejo) y Luis Miguel Gómez Cotes (actual funcionario en la Gobernación). Según Palacio, estos son las dos únicas personas que, siendo concejales, han propendido por ese tipo de ‘prácticas’ en las que (aunque no lo mencionaron) se presume que sirven para comprometer votos para elecciones.

3. Aristides mostró por qué es el ‘man del agua’

A la hora de abordar el tema más importante del debate, el agua, Aristides Herrera se dio el gusto de recordar que justamente en las elecciones pasadas, durante ese mismo debate en la Sergio Arboleda propuso que la “vía más expedita, la concreta y más rápida era captar 1.000 litros por segundo (de agua) del río Guachaca” y, ahora, después de varios años sin encontrar la verdadera solución, el ministro de Vivienda le reiteró al alcalde Rafael Martínez que la solución para el agua es una de las soluciones. “O sea que el tiempo nos dio la razón”, dijo.

El candidato también aprovechó para contar la realidad que se encontró pasando las noches en los barrios populares de la ciudad y padeciendo del líquido con los samarios. “Me di cuenta de que este modelo fallido de Gobierno aumentó en 2.500 por ciento el valor del agua para los samarios”. Su ejemplo tiene que ver con que a las personas les toca comprar pimpinas de agua que, al hacer las cuentas, les sale muchísimo más caro el valor del metro cúbico versus lo que pagarían si el agua les llegara por la tubería.

4. El moderador regañón

De los temas más controvertidos que dejó la organización del debate fue el mal ambiente que generó el propio moderador y organizador del evento, Ulilo Acevedo. Como un ‘cascarrabias’, amenazó a los espectadores con expulsarlos, incluso cuando ni siquiera se había presentado algún hecho bochornoso. Después de dos horas de un aburrido y plano debate (que más parecía un foro), una estudiante de derecho se atrevió a interrumpir el protocolo para hacer la reflexión con la que se identificaron todos los espectadores. Pero el moderador lo tomó a mal y ordenó “cerrarles el micrófono” a los estudiantes. Y no solo fue con la audiencia, con el candidato Aristides Herrera también se enfrascó en una discusión que, por un momento, dejó entrever que la falta de profesionalismo y seriedad venía del mismo organizador. ¿Será que los años no vienen solos?

 

 

 

 

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5. La promesa de los candidatos con los servicios públicos

Como parte de las preguntas del evento, los candidatos fueron interrogados sobre si alguno estaría dispuesto, en caso de ser alcalde, a dar en concesión alguno de los servicios públicos que se operan en la ciudad. La respuesta fue un contundente NO. Lastimosamente no se pudo conocer la respuesta que hubiera dado Virna Johnson, para dejar constancia en caso de que alguno de ellos falte a su palabra en el futuro.

6. ¡Todos contra el POT!

No hubo uno solo de los 4 candidatos que no hiciera una advertencia contra el Plan de Ordenamiento Territorial que se ha configurado durante la administración de Rafael Martínez y que está en revisiones para posteriormente ser presentado al Concejo de la ciudad para su aprobación.

Los candidatos insistieron en que se han invertido cuantiosos recursos (más de 4 mil millones de pesos) en un POT que no ha sido suficientemente socializado y del que los principales gremios, como el de la construcción, tienen muchas dudas.

El clamor fue para que el POT sea revisado con detenimiento y socializado lo suficiente mucho antes de someterlo a la aprobación final. La conclusión fue la misma con la que presentaron el tema: es un POT Fantasma, porque da miedo hablar de él y porque nadie lo ha visto.

7. El ‘sí pero no’ de la unión de candidatos

Ya en la recta final de las temáticas, a los cuatro candidatos les plantearon, nuevamente, la posibilidad de un desmonte para unir las fuerzas en torno a un solo candidato que le compita a Virna Johnson, quien es, sin duda, la favorita según las encuestas.

La respuesta de casi todos todos, aunque en palabras propias de cada uno, fue un ‘sí pero no’, es decir, todos tienen disposición, todos están dispuestos a unificar conceptos y planes de trabajo, pero nadie da el primer paso de desistir de su campaña y empezar la unión de la que tanto hablan. Quien sí fue vehemente en mantenerse en su posición fue Jaime Cárdenas, quien incluso se levantó de su puesto con mucha vehemencia para defender su candidatura. 

¿Será que a algunos de los candidato les llama la atención el premio de consolación y algunos aspiran, aunque sea, al Concejo de Santa Marta?

8. La esposa de Cárdenas, la paramédica que nadie vio

En plena transmisión del debate, el joven camarógrafo Sergio Mejía presentó un repentino dolor que lo hizo desplomarse y perder el conocimiento; fueron minutos de angustia en los que nadie sabía cómo reaccionar.

Sin embargo, mientras muchos rodeaban el cuerpo tumbado del joven inconsciente, Lizeth García Quiñones, esposa del candidato Jaime Cárdenas se dirigió rápidamente hacia un vehículo y en una veloz maniobra llevó a toda velocidad la camioneta hasta el lugar, donde otras personas del equipo del candidato llevaron al joven para trasladarlo de urgencia a la clínica Milagrosa, donde tiempo después recobró el conocimiento y se recupera satisfactoriamente. Una acción valerosa que pocos notaron.

 

 

 

 

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9. La buena onda de los candidatos

Hay que destacarlo: los candidatos a la Alcaldía se llevan bien. Fueron muchos los momentos en que los candidatos se hacían comentarios entre ellos que denotaron el buen ambiente y de sana competencia que se vive entre ellos.

Es muy importante este tipo de comportamientos armónicos, en medio de un contexto de tanta división y generación de odios políticos. La pregunta que queda en el ambiente es: ¿Hubiera sido distinto si Virna Johnson hubiera asistido?