Josué: El ‘niño tiburón’ que se baña de oro en cada competencia


El practicar un deporte por afición, puede entenderse como un mecanismo para favorecer la diversión y despejar el estrés del día a día. Hacerlo como disciplina, implica mucho más.
Y eso lo sabe Josué Olivella Cantillo, un niño samario de tan solo 10 años de edad que se ha convertido en todo un referente de la natación a nivel nacional.
Le cuenta al equipo periodístico de Seguimiento.co que le tenía miedo al agua, por eso, cuando tenía 5 años de edad, su familia decidió inscribirlo en una escuela de natación. Nadie en su casa sabía nadar y ya era hora de que se cerrara el ciclo.
Pero, lo que empezó como un mecanismo para que superara sus miedos, Josué pronto lo fue convirtiendo en una actividad que lo retaba, le enseñaba y le robaba su tiempo cada vez más.
De tenerle un pánico injustificado al agua, empezó a nadar a sus anchas. Cuando menos lo esperó ya hacía parte de un club y estaba participando en competencias locales y nacionales.
Desde entonces, en cinco años de carrera, ya Josué ha obtenido 80 medallas. Fue este excelente rendimiento, en el que le hizo merecedor del apodo ‘El Tiburón’ Olivella, puesto que sus entrenadores y compañeros coinciden en afirmar que cuando entra a competir “se devora la piscina”.
Hoy Josué hace parte del Club Poseidón, y distribuye su día a día entre sus clases, los entrenamientos en la Piscina Olímpica de Santa Marta y su tiempo en familia.
El ‘Tiburón’ Olivella vive en el barrio El Pando, junto con su padre Javier, su mamá Sussy Cantillo y su hermano Jacob.
Sin embargo, el tiempo que disfruta en casa no es muy extenso.
“Yo entro a clases a las 7:00 pm y salgo a las 2:30 pm, ya luego me voy a entrenar a las 4 de la tarde hasta ya entrada la noche. Eso en un día normal, pero cuando tengo competencia los entrenamientos se intensifican y paso de prepararme una hora y media, a hacerlo dos y tres, eso es lo que hago para ser el mejor” explica este niño talento.
Josué sueña con ser el Michael Phelps colombiano, pues esta figura de la natación mundial es su mayor inspiración, y como él, sueña un día ir a los Juegos Olímpicos y obtener una medalla de oro.
Su padre, quien es su mayor fan, está decidido a hacer lo que está en sus manos, por más imposible que parezca.
Esto, considerando que pese al talento demostrado de Josué, no cuenta con ningún tipo de apoyo institucional, más allá del de su familia.
A través de recolectas, donaciones y sobre todo recursos propios, deben costear su permanencia en el club, las inscripciones a los campeonatos, así como sus participaciones nacionales con todos los gastos de transporte, estadía y alimentación que ello conlleva.
La tarea no es nada fácil, pues pese a la fe inquebrantable en su ‘Tiburón’, los recursos son limitados. El señor Josué Olivella es docente y la señora Sussy es asesora bancaria. Viven con dignidad pero el dinero no sobra.
Por eso, conscientes del talento que tiene su hijo, el carisma y su capacidad para inspirar a otros, a través de su cuenta en Instagram comparten constantemente los detalles de su vida deportiva, así como las iniciativas que adelanta para seguir costeándola.
Tiene como meta alcanzar los 10.000 seguidores, y así, convirtiéndose en un creador, puede monetizar el contenido digital y lograr una nueva fuente de financiación para seguir yendo a competencias nacionales, y por qué no, a internacionales.
“Mi sueño es seguir dedicándome a ‘devorar’ piscinas, ganar más competencias, representar a mi país y ayudar a mi familia. También quiero viajar por todo el mundo dando conferencias sobre deportes” dice risueño el pequeño ‘Tiburón’ Olivella.
Mientras que sigue alcanzando sus sueños, Josué y su familia, siguen creyendo en el poder detrás de cada brazada.
Por eso, antes de cada competencia o cuando el desánimo les quiere arrebatar la fe, al unísono proclaman el versículo de Josué 1:9: “Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes, que yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas”.
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