Así fue la vida de ‘Balín’, el hincha que nunca dejó de alentar al Unión Magdalena

José de los Santos Ariza Vásquez, mejor conocido como ‘Balín’, no fue un simple aficionado al fútbol. Fue la esencia misma del Unión Magdalena, un hincha que alentó al equipo de sus amores hasta su último aliento.

Nacido el 1 de noviembre de 1938 en el barrio Pescaíto, creció rodeado de la calidez de su gente. Desde pequeño se destacó por su alegría y creatividad, características que lo acompañaron toda su vida. No fue el mejor estudiante y prefirió dedicar su tiempo a construir y reparar cosas, una habilidad que más adelante lo llevaría a ser un reconocido mecánico de bicicletas en Santa Marta.

Fue precisamente en su taller donde nació la famosa sirena que más tarde se convertiría en el sello característico de su pasión por el fútbol. En sus inicios, este aparato acompañaba a un grupo de ciclistas de la ciudad, pero con el tiempo se transformó en un símbolo del ‘Ciclón Bananero’.

El amor por el Unión Magdalena

Con la llegada del Unión Magdalena al fútbol profesional, ‘Balín’ encontró el equipo de su vida. Desde entonces, se convirtió en un seguidor incondicional del conjunto samario, acompañándolo en cada partido. La sirena, montada en una estructura metálica que él mismo diseñó, se convirtió en la fiel compañera de su amor por el club.

Su entusiasmo y entrega lo hicieron una figura reconocida entre la hinchada. La familia Dávila, propietaria del Unión, le abrió las puertas del conjunto samario y le permitió estar presente en los momentos más importantes. ‘Balín’ celebró con lágrimas de emoción el título de 1968 y nunca perdió la esperanza de ver al equipo regresar a la gloria.

Una amistad con Carlos Vives y el reconocimiento de Santa Marta

Su popularidad trascendió las gradas del estadio. Su amistad con el cantante Carlos Vives lo llevó a aparecer en varios de sus videos musicales, dándole mayor visibilidad a su historia. Gracias a Vives, ‘Balín’ consiguió empleo en el Puerto de Santa Marta, donde trabajó hasta su jubilación y pudo comprar su casa en el barrio Primero de Mayo.

En 2018, su legado fue premiado con el galardón Pescaíto Dorado, un homenaje a su vida y contribución a la identidad futbolera de la ciudad.

Entre la adversidad y la lucha

A lo largo de su vida, ‘Balín’ enfrentó momentos difíciles, pero siempre con la misma fortaleza con la que alentaba al Unión. En 2021, superó el COVID-19 tras una batalla en la clínica La Milagrosa, donde su hijo José Ariza Hernández llevó la sirena para hacerla sonar, un gesto que conmovió a toda la ciudad y le dio fuerzas para recuperarse. El ‘Ciclón’ también le rindió homenaje, dedicándole un partido y enviándole una camiseta firmada por el plantel.

Desde diciembre de 2024, su salud se deterioró debido a quebrantos que lo aquejaban. Finalmente, este 10 de febrero, ‘Balín’ falleció, dejando un vacío en el corazón de los hinchas y de toda Santa Marta.

Hoy, la ciudad despide a un ícono, un hombre que convirtió su amor por el fútbol en un legado imborrable. Su pasión trascendió y permanecerá en cada grito de gol, en cada bandera ondeada y, sobre todo, en el eco de su inolvidable sirena.